La columna vertebral está formada por 7 vértebras cervicales, 12 dorsales, 5 lumbares y el sacro. Está en íntima relación con muchas estructuras vitales del organismo y es el eje central de la biomecánica de todo el esqueleto. La rodean estructuras de tejidos blandos como ligamentos, discos intervertebrales y músculos, que le confieren una gran flexibilidad y movilidad, pero a la vez suficiente estabilidad.
La unidad funcional de la columna, está formada por un segmento anterior compuesto de dos vértebras con sus respectivos cartílagos, un disco intervertebral en medio y ligamentos que las unen, y un segmento posterior compuesto de las carillas articulares facetarias, sus respectivos cartílagos y ligamentos que las unen. El disco intervertebral está compuesto por fibras periféricas de colágeno que contienen al núcleo pulposo. Casi un 80% es agua y esto es lo que le confiere sus propiedades de almohadilla amortiguadora y protectora de impactos sobre el resto de las estructuras de la columna. Una vez cumplidos los 20 años, estos discos comienzan a perder agua y con ella sus propiedades.
La afección de cualquiera de estas estructuras, influye directamente sobre la biomecánica de todo el resto de la columna y el cuerpo.
Dr. Germán Wertheimer
La afectación más frecuente es la degenerativa, en la que por el uso y paso de los años el desgaste de los diferentes componentes da paso a la inestabilidad, que a su vez genera mayor desgaste. Así se entra en un círculo vicioso que desencadena la ARTROSIS.
Cuando esto sucede en la parte anterior entre los cuerpos vertebrales y el disco, el paciente suele referir un dolor de tipo discógeno que empeora con la flexión. Cuando afecta a los elementos posteriores, suele desencadenar un SÍNDROME FACETARIO o PSEUDOCIATALGIA.
Cuando este proceso se encuentra avanzado, suele afectar tanto a las estructuras anteriores como las posteriores y puede dar lugar a la neoformación de hueso (OSTEOFITOS, picos de loro) y al engrosamiento de los ligamentos intentando así mantener la estabilidad articular. Además, muchas veces todo esto resulta insuficiente y algunas vértebras se deslizan sobre otras, produciendo lo que se conoce como ESPONDILOLISTESIS. Todo esto puede provocar el atrapamiento de alguna raíz nerviosa y la consecuente radiculalgia (CIÁTICA, hormigueos en los brazos y manos, ANESTESIA o pérdida de sensibilidad, PARESIA o pérdida de movilidad en alguna extremidad), o el atrapamiento de la médula espinal y provocar cuadros de ESTENOSIS DE CANAL (debilidad o pérdida de fuerza en las manos o piernas, problemas de equilibrio, claudicación de la marcha, síndrome de cola de caballo con anestesia en los genitales y pérdida de control de esfínteres).
También puede ocurrir que el disco sufra una rotura de sus fibras periféricas que contienen el núcleo pulposo y producirse una HERNIA DE DISCO, que significa que una parte del disco está fuera de su sitio. Esto puede ocurrir en el contexto de un proceso degenerativo o simplemente de forma aguda como consecuencia de una carga directa sobre el mismo. Dependiendo del volumen del disco herniado y del lugar hacia donde se dirija, es posible que comprima alguna raíz nerviosa produciendo radicualgias y clínica de irritación nerviosa. En el contexto de artrosis, colabora con la estrechez del canal o foramen de salida de las raíces nerviosas.
Otro de los problemas frecuentes son las fracturas vertebrales. Pueden ser de tipo: traumáticas u osteoporóticas. Estas últimas son las más frecuentes y ocurren en la zona dorso-lumbar. Pueden aparecer como resultado de un gesto de la actividad normal, como agacharse o sentarse. Son fracturas por acuñamiento que provocan mucho dolor, mermando la calidad de vida del paciente. Además, alteran la biomecánica de toda la columna provocando dolores crónicos y aumentando el riesgo de fracturas a otros niveles.
PRP (Plasma Rico en Plaquetas)
El Plasma Rico en Plaquetas es un material biológico autólogo, es decir, que se obtiene de la misma sangre del paciente, tomando una muestra por una punción venosa, que posteriormente se centrifuga para separar los distintos componentes (glóbulos blancos, rojos, plaquetas, plasma). Una porción del centrifugado contiene plasma rico en plaquetas, que son las células que participan en la coagulación. Estas poseen un gran número de sustancias denominadas factores de crecimiento que promueven la migración y división celular.
Estos factores tienen el potencial de estimular la respuesta reparativa de los tejidos dañados, como por ejemplo sucede en la tendinosis, en la cual esta muy indicado este procedimiento. En los últimos años se ha reconocido el potencial beneficio del PRP en el tratamiento de lesiones crónicas y agudas del sistema músculo esquelético (tendones, ligamentos y músculos).
El PRP al ser autólogo, tiene un riesgo mínimo de ocasionar reacciones inmunes o de trasmisión de enfermedades infecciosas o contagiosas.
Este tratamiento no requiere hospitalización, ni anestesia y el tiempo estimado por sesión no suele superar los 30 minutos.
Los resultados no son permanentes, por lo que la mayoría de profesionales recomiendan someterse a tres tratamientos al año.